domingo, 23 de agosto de 2009

CREPUSCULARIO. HELIOS. PABLO NERUDA.

INICIAL




                 He ido bajo HELIOS, que me mira
                   sangrante
                 laborando en silencio mis jardines ausentes.


                 Mi voz será la misma del sembrador que cante
                  cuando bote a los surcos siembras de pulpa
                      ardiente.


                Cierro, cierro los labios, pero en rosas tremantes
                se desata mi voz, como el agua en la fuente.


                 Que si no son pomposas, que si no son fragantes,
                 son las primeras rosas -hermano caminante-
                 de mi desconsolado jardín adolescente.








GRITA




                 Amor, llegado que hayas a mi fuente lejana,
                 cuida de no morderme con tu voz de ilusión;
                 que mi dolor oscuro no se muera en tus alas,
                 que en tu garganta de oro no se ahogue mi voz.


                               Amor -llegado que hayas
                               a mi fuente lejana,
                               sé turbión que desuella,
                               sé rompiente que clava,


                            Amor, deshace el ritmo
                             de mis aguas tranquilas:
              sabe ser el dolor que retiembla y que sufre,
              sábeme ser la angustia que se retuerce y grita.


                            No me des el olvido.
                            No me des la ilusión,


           Porque todas las hojas que a la tierra han caído
           me tienen amarillo de oro el corazón.


                           Amor -llegado que hayas
                           a mi fuente lejana,
                           tuérceme las vertientes,
                           críspame las entrañas.


         Y así una tarde -Amor de manos crueles-,
         arrodillado, te daré las gracias.


                         
POEMA DE DIEZ VERSOS


          Era mi corazón un ala viva y turbia
           y pavorosa ala de anhelo.


          Era Primavera sobre los camos verdes.
          Azul era la altura y era esmeralda el suelo.
      
          Ella -la que me amaba- se murió en Primavera
          Recuerdo aún sus ojos de paloma en desvelo.


          Ella -la que me amaba- cerró los ojos. Tarde.
          Tarde de campo, azul. Tarde de alas y vuelos.


          Ella -la que me amaba. se murió en Primavera
          y se llevó la Primavera al cielo.




                                  Pablo Neruda


Buscando no sé qué en mi mesita de luz, me encontré con este librito, en el sentido literal de la palabra en cuanto a su tamaño físico, (130 páginas en un ejemplar de 10 por 20 cm), pero inmenso en cuanto a la obra y su autor. Recuerdo haberlo comprado hace ya muchos años y haberlo leído de a poco, le faltan las tapas y hasta tiene los primeros intentos caligráficos de mi hija menor, se llama HELIOS, es de la colección CREPUSCULARIO y es de mi poeta preferido, PABLO NERUDA.
Quise que él me ayudara a dejar hoy en mi amalgama un sentir pero no propio, quise dejar sus sentires y así buscando encontré tres de los tantos poemas del gran Pablo que me gustan. Se los he transcrito.
Pero lo más particular de este encuentro, es que por primera vez leo la nota final y me encuentro con datos que no imaginaba que estaban allí, que me aclaran la pregunta que siempre me hice cuando leía algunos de estos poemas, las diferencias importantes pero interesantes también con su obra posterior, la de los Cien poemas de amor o la de Veinte poemas de amor y una Canción  desesperada. Esos que son los más conocidos. Ahora lo comprendo...Voy a copiar esta nota y ustedes mismos sabrán como yo por qué son distintos...pero al mismo tiempo ya llevaban su esencia, esa que lo hizo grandioso. Sólo leer Helios y ya es enamorarse...y pensar que yo no quería dejar mis sentires, leer a Neruda y no sentir es no ser humano. Dana.


CREPUSCULARIO. HELIOS.  NOTA.


* Crepusculario -la palabra es inventada- tuvo su primera edición en el año 1923, en la editorial Claridad de Santiago de Chile. Fue un libro de formato más bien pequeño, apaisado, impreso en un grueso y tosco papel más cerca del gris que del blanco. Constaba de 180 páginas sin numerar y bajo el títulao traía la fecha: 1919, queriendo decir que incluía poemas escritos a partir de ese año. Ediciones posteriores traerán como fecha 1920-1923. La segunda edición en 1926, trae algunas modificaciones de importancia y la dedicatoria: A Juan Gandulfo este libro de otro tiempo.
* Mese antes que Neruda viajara de Temuco a Santiago, recién recibido de bachiller, la revista Claridad, órano de la Federación de Estudiantes de Chile, publica el 22 de enero de 1920 un artículo del crítico chileno Raúl Silva Castro en el que anuncia Helios como el primer libro de un poeta moderrno "individualidad que no halla acomodo y busca soluciones. Neruda tenía entones 16 años. Helios estaba escrito en cuaderno de colegio. En otro estaban las ínsulas extrañas, Los cansancios inútiles, conjuntos de poemas que escribiera por esos años y que se anunciaron sin llegarse a publicar.
* Laura Reyes, hermana de Pablo Nwruda, tiene en su poder algunos de estos cuadernos. En uno de ellos, enre traducciones de diversos poetas hechos por el propio Pablo, están: Pantheos, Sensación de dolor, Campesina, Maestranzas de noche y El Nuevo soneto a Helena que integrarán Crepusculario.
* La parte cenral de este libro lleva por subtítulo "los crepúsculos de Maruri. "Nadie me ha preguntado -dice Neruda con picardía en sus memorias- qué es eso de Maruri. En la calle Maruri 513 terminé de escribir mi primer libro. Escribía dos, tres, cuatro y cinco poemas al día. En las tardes, al ponerse el sol, frente al balcón se desarrollaba un espectáculo diario que yo no me perdía por nada del mundo. Era la puesta de sol con grandosos hacinamientos de colores, con repartos de luz, abanciocos inmensos de anaranjado y escarlata".
* La primera edición de este libro la costeó su autor vendienddo para ello sus escasos muebles, su traje negro y el relo de oro que le regalara su padre al abandonar la provincia. El libro lleva un retrado de Neruda hecho por Juan Francisco González (hijo), un dibujo de Barak que ilustra el poema El castillo maldito, un grabado de Peltier y un antiguo dibujo del poeta Pedro Prado.


                                                                                                                                 M.A.
                                                                                                                      (Margarita Aguirre)


Fuente: Helios. Crepusculario. Editorial Imprenta de los Buenos Aires. 12 de julio de 1974.
            La obra que ilustra esta entrada pertenece al artista plástico argentino Carlos Alonso.

  Melan

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