miércoles, 28 de abril de 2010

CONVIVIR CON UNA HIJA ADULTA. NUEVOS SENTIRES. NUEVOS DESAFÍOS.


Ayer compartí la cesión de terapia con mi hija. Tuvimos algunos problemitas y fue necesario conversarlos ante el terapeuta. En realidad no son problemas siquiera, son apenas viscisitudes de la vida cotidiana que se presentan en la convivencia entre una madre y su hija ya adulta.

Qué dificil es para nosotros los padres comprender que ese hijo o hija que trajimos al mundo, que una vez dependió totalmente de nosotros, que hubo un tiempo en el que éramos para ellos prácticamente un dios, ahora son ya personas adultas, con criterios propios sobre la vida y la manera de vivirla.

Esto es lo que a mí me está pasando. Y lo que más me molesta es que cuando yo era muy joven y mis hijas eran chiquitas aseveraba que nunca sería una de esas madres "pesadas" que se pasan dirigiendo la vida de sus hijos ya crecidos. Pero... una cosa es decirlo cuando tienen cinco o seis años y otra muy distinta vivirla cuando tienen veinticuatro.

No me considero una madre que dirige la vida de su hija, pero parece que las que yo considero pequeñas cosas que le digo para su bien, en cuanto a su seguridad personal, en cuanto a su futuro y sobre todo en cuanto al modo en que encara la vida en el presente, resulta ser inmiscuirme en su vida y eso le genera una presión que no puede soportar porque según ella, su error es que siempre necesita mi aprobación para lo que debe hacer y si no lo tiene, aunque yo no se lo manifieste ella se da cuenta que no estoy de acuerdo y eso la pone mal, se siente mal.

En fin, que es una situación nueva que estamos viviendo mi hija y yo por el solo hecho de crecer y de estar vivas y juntas. Pero esto último justamente es lo que yo rescato, que estamos juntas y que como nos amamos mucho a pesar de estas pequeñeces, sé que las dos haremos para que la convivencia deje de tener esos pequeños baches y podamos volver a reirnos y ser felices como lo hacíamos habitualmente hasta hace apenas un tiempito.

De todo esto saco como conclusión algo que siempre pensé, cuando llegamos a adultos las vivencias deben ser propias, los golpes como los aciertos también y los padres debemos estar allí cerquita por si nuestros hijos nos necesitan, pero nunca creer que podemos todavía seguir educándolos, esa tarea ya fue hecha con paciencia y amor durante muchos años, hoy es tiempo de esperar y ver si la hija puede recoger buenos frutos de esa educación recibida y de sus propias decisiones y méritos. Dios quiera que así suceda en nuestro caso.

Como siempre la vida nos presenta distintas amalgamas de sentires, ahora estoy viviendo éstos. Hoy comienza un nuevo tramo en la convivencia con mi hija, estoy segura que lo lograremos, sobre todo porque nos amamos profundamente, y eso... es lo más importante.


Melan

miércoles, 7 de abril de 2010

SENTIRES ONÍRICOS




Ha pasado el verano por estos sures y ya estamos bien entradito el otoño. Los primeros fríos están llegando y con ellos los primeros resfríos, gripes y otros males, pero fuera de ellos para mí ha llegado una de las estaciones que más me gusta del año. Me encanta sentir ese fresquito en la noche que nos hace usar una frazadita o un cobertor nuevo! como el que yo me compré hace unos días. Duermo en mi gran somnier toda cubierta con él y esa calidez despierta mis ensoñaciones.


Voy a contarles algunas intimidades. En principio para no dormirme luego sin hacerlo, rezo alguna oración o converso con Jesús o con mi hija como siempre molestándola con pedidos, en segundo lugar ruego a Dios y hago control mental para no soñar con mi ex porque entonces sí se va todo al caxo. Lamentablemente sueño bastante amenudo con él y es algo que me disgusta bastante por lo tanto repito varias veces antes de dormirme "no soñaré con él, no soñaré con él, no soñaré con él" y la mayoría de las veces lo logro aunque no todos, ustedes vieron qué desobediente puede llegar a ser la mente humana. En tercer lugar comienzo a imaginar en qué cosas sí quisiera soñar. Ahhh y allí sí que viene la mejor parte de la noche en vigilia, porque en la oscuridad y silencio total de la noche, tal cual a mí me gusta, pasan por mi mente todos los hermosos pensamientos que pueda tener, algunos son hechos reales que he vivido en el pasado, otros son hechos reales que me gustaría vivir en el futuro y otros son situaciones que sé perfectamente no sucederán nunca, pero aunque así fuera sí pueden serlo en los sueños ¿no es verdad?. A veces también imagino el Cielo, el lugar donde está mi hija, mi Noé, y trato de ver o que lleguen a mi mente las imágenes más auténticas de su actual vida. Sé que todas son mi imaginación pero...¿lo son? ¿todas serán mi imaginación? De vez en cuando le pido a Noé que venga a visitarme en un sueño, pero no lo hago mucho porque en quince años desde que se fue, por lo menos cinco años se los pedí todos los días y casi nunca lo logré.


Yo tengo una teoría sobre el tema, yo creo que cuanto más pensamos durante el día en una persona, menos probabilidades tenemos de soñarla. Los sueños no son otra cosa que el descanso de la mente de los problemas y situaciones diurnas y por lo tanto si hemos pensado mucho en alguien, la mente querrá descansar de ese supuesto cansancio (para ella porque para mí no lo es) y entonces nunca están en nuestros sueños. Igualmente algunas veces la he soñado y han sido las noches más hermosas. En realidad creo que esas veces no fueron sueños, sino que Noé realmente estuvo conmigo visitándome, porque siempre hubo algún detalle que lo hizo diferente y demasiado nítido como para ser un sueño, por ejemplo sentir el tacto de su manito en la mía. Eso me pareció demasiado y creo que en realidad estuvo conmigo y se lo agradezco.


Bien, generalmente luego de todo ese introito me quedo dormida y luego sueño y la verdad puedo decir que tengo hermosos sueños. Debo decir con sinceridad que cuando me despierto siempre es una frustración, la vida me parece muy gris, muy monótona y cierro los ojos para continuar el sueño y a veces lo he logrado!


Tengo sueños con muchos colores, yo les llamo sueños plásticos. Otras veces son elaboradas historias de amor romántico y en otras ocasiones me encuentro en lugares de ensueño disfrutando como jamás lo hago en la vida real.


Debo reconocer que tengo una vida onírica muy productiva y abundante y que muchas veces esos sueños me han servido para sobrellevar días verdaderamente desastrosos. Me pregunto...a qué se deberá esta particularidad mía? ¿Será mi soledad? ¿Será mi mente profusamente imaginativa? En fin, no lo se, y no me importa demasiado mientras dure y pueda seguir disfrutando de mis sueños felices que me ayudan a vivir una vida no demasiado feliz.




Melan
La imagen es del artista plástico Rob Gonzalvez