sábado, 19 de septiembre de 2009

Tuve un buen día hoy...




Tuve un buen día hoy y te recordé bastante. Recordé nuestra historia y nuestro último diálogo. Pasó el día nada dijiste, quizás hubiera necesitado tu voz, pero no para decir lo que sé querés decirme siempre en esa fecha, sino para decirme...no, para qué...si nunca lo dirás... Llegará pronto otro día que sé siempre esperás que te llame o te envíe un mensaje, bueno por lo menos eso me pareció los dos últimos años, a esta altura ya no sé muy bien qué querés y qué no querés de mí.  Todavía no sé qué haré ese día, aunque si tenés oportunidad de leer esto ya sabés que lo reuerdo. Eso siempre lo supiste, nunca dejé de recordarlo. Ni cuando no teníamos ningún tipo de comunicación y eso vos lo supiste después. A veces pienso qué fiel que fui a este amor que siempre te tuve y de qué poco sirvió. Pero no importa, yo lo fuí porque así lo sentí, porque no necesitaba a nadie más,  porque a pesar de ....setiembre... yo te amé toda la vida y nunca nadie estuvo en mí como vos. De la verdadera forma, por lo menos de la que yo más valoro, la de los sentimientos, la del amor.
Tuve un buen día hoy y te recordé mucho, es una pena no tener ni siquiera una fotografía tuya para tenerla en mi escritorio, la de la ballesta no la puedo pegar en ningún lado, le pusiste una traba inquebrantable.
Está bien, siempre tuviste miedo de mí, de mis reacciones, de mis palabras. De las últimas puedo darte un crédito, pero de las primeras más que remitirme a las segundas nunca lo haría. Tuve la oportunidad, la tengo si quisiera, pero para qué abundar ya te lo dije en mi último mail, jamás lo haría.
Tuve un buen día hoy y te recordé demasiado, porque creo que vos...nunca... me recordás ni siquiera un poco.


Melan.

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