Mis sentires mutan, cambian, se modifican, como todos supongo según las circunstancias, pero lo mío es algo que va más allá, porque ese cambio esa mutación recorren puntos opuestos de un día al otro. Ayer quería morir, todo me parecía oscuro e imposible de realizar por mí, absolutamente difícil de que pudiera lograr lo más mínimo en mi vida y entonces qué hago? O vengo a mi compu y escribo como una posesa horas y horas descargando mis angustias o me voy a dormir con ventanas cerradas y luces apagadas y silencio absoluto. En esos días no soporto a persona alguna a mi alrededor y entonces mi sentir está dirigido únicamente hacia la muerte. Tánatos me domina y me hace pensar en ella como la única salida.
La muerte para mí en esas ocasiones es como una dulce salida, una posibilidad de un nuevo despertar, un sueño largamente soñado.
Pero hay otros días, en que el termómetro de mis sentires se orienta hacia el otro extremo y entonces libido reina en mí. El impulso a la vida me lleva lentamente hacia las cosas de la vida. Y es cuando como hoy salgo, me compro ropa, camino por las calles y la gente no me molesta y hasta hago planes de viajes, cortos pero viajes al fin.
En días como hoy me siento viva, me siento mujer, me siento un ser humano normal, siento que quiero ser feliz y lo busco y siento que quiero tener a mi amor cerca, pero es un amor tan anormal que es casi imposible realizarlo. Entonces comienzo a soñar con otro amor y no me importan los años que tengo y quiero vivir todavía algunos más para poder aún ser abrazada y besada por un hombre que me ame como yo quiero que sea, sólo a mí.
Melan
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