domingo, 17 de octubre de 2010

DÍA DE LA MADRE



Día de la madree, un día que siempre he considerado comercial, como casi todos los demás "días de", justamente en este mi hija me regala una hermosa computadora, aunque yo se bien que ella piensa como yo y a lo mejor me la regalaba el mes pasado o el próximo, el "día de" cayó justo cuando ella podía y me la regaló.
Pero específicamente en esta nota yo quiero hacer hincapié y recordar a todas mis hermanas del corazón, a todas esas madres que perdieron un hijo o hija.
No solamente para quienes ya no tienen madre (que son la mayoría en relación a la otra clase de madres porque es lo natural de la vida), hoy es un día particularmente doloroso donde la alegría de otros se contrapone con la tristeza propia de no tenerla.
Existimos madres que hoy nos sentimos más mutiladas ue otros días del año, las que perdimos hijos o hijas. Para nosotras no hay nombres ni hay sensación de alegría, ni quisiéramos festejar nada, aunque la mayoría lo hacemos por los hijos que quedaron. Este día es sencillamente muy triste, no estamos rodeadas de todos nuestros hijos, a uno/una o varios/varias tenemos que ir al cementerio para sentir que estamos un ratito de este día con ellos.
Al principio de haber partido mi hija en este día yo siempre me levantaba temprano y lo primero que hacía era ir al parque y estar allí con ella una hora por lo menos. Luego comprendí primero, que no es allí dónde está, está con Jesús en la Casa que el Padre preparó para cada uno de nosotros cuando partamos, comprendí que está con la Madre de todos, la Virgen María y que ella hoy y todos los días la besa y abraza por mí y comprendí al fin, que un día creado para aumentar las ganancias de los comercios repartiendo regalos a las madres aunque no se pueda pero igual se la ame, no iba a obligarme a sentir el dolor lascerante que reaparece cada vez que profundizo en la ausencia de mi hija en mi vida. Porque eso es lo que hacen estos días, profundizar, hacer notar aún más la ausencia que desde hace un tiempo largo o corto tenemos de los seres que amamos tanto en nuestras vidas, nuestras madres o...lo que es peor...nuestros hijos.
Abogo por la erradicación por la anulación de estos días que sólo sirven para llenar los bolsillos de unos pocos y profundizar el dolor de muchos.
Si verdaderamente queremos a nuestra madre tenemos todos los días del año para homenajearla en privado, nosotros y nuestra madre y todos los instantes de la vida para decirles "te quiero", sin necesidad de recordar que algunos no las tenemos o no tenemos hijos que nos puedan venir a darnos un beso decirnos Feliz día mamita o decirnos "te quiero mucho".

Melan

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