viernes, 25 de febrero de 2011

Un nuevo pero antiguo artilugio para sobrevivir


Es increíble cómo el paso de los años nos hace conocernos tanto, pero tanto, tanto... Estoy pasando por una etapa de mi vida que de ninguna manera a simple vista insinuaría que dentro mío pudiera haber una pequeña luz que me está dando fuerza, motivación, ilusión... No hay casi nada que pueda decir a simple vista que ha cambiado como para que esas ganas de morir desaparezcan, pero sí, están desapareciendo... de hecho ya no pienso en ellas desde hace unos días. El motivo? Lo conozco, lo sé, estoy segura de qué se trata pero no voy a contarlo aquí porque es una sensación muy íntima, muy privada, que ya me pasó otras veces a lo largo de mi vida.  En una palabra, si analizo mi vida entera, y sobre todo la del tiempo de mi matrimonio, me doy cuenta que este tipo de situaciones fueron las que sostuvieron una pareja absolutamente despareja y una unión que por mi parte sólo se mantenía por las hijas... por la otra...hummm no sé...había intereses laborales que seguramente presionaban, un suegro todavía con posibilidades de ayudar y... otras cositas... que más vale olvidarlas...
 Lo cierto es que yo sobreviví tantos años, gracias a estas situaciones que hoy vuelvo a vivir y que no creía ya que se pudieran volver a repetir.
 Debo estar atenta, eso lo sé, porque si hace quince, veinte o treinta años eso servía y yo tenía que detenerlo para no ir más lejos de lo debido, hoy sé perfectamente cuál es mi lugar y mi circunstancia... lamentablemente. Aunque creo que es mejor que a pesar de todo sea consciente y actúe en consecuencia y no me lleve el mundo por delante produciendo destrrozos por doquier sólo para perder todo, lo que intentaba ganar y lo pequeño ya ganado, no, la experiencia del tiempo vivido ayuda en estos casos...
 Mientras tanto, yo sigo, sobrevivo con este poquito, con este granito de arena, con este puntito en el universo que hoy atesoro como mi joya más preciada, mientras pueda mantenerla así me hará bien, yo lo sé, he vivido esto desde mi más tierna adolescencia.
 Eso sí, debo aclarar que parte es realidad, una realidad visible y bien tangible, el resto y lo que me hace soñar es mi fantasía, pero no esas fantasías actuales llenas de brillos de colores, no mis fantasías en este campo siempre fueron tranquilas, sosegadas, con mucho de ternura, de dulzura, de protección  y ... de romanticismo... Creo que escribí demasiado no?

N. de R. Cuando Blogger me lo permita le subiré una imagen, mientras va así solito.

Melan

No hay comentarios: